En la Argentina, estamos preparados para enfrentar un brote de gripe porcina. Las amenazas que vivimos hace unos cinco años con la gripe aviar hicieron que se preparara un plan de contingencia para dar una respuesta adecuada ante estas situaciones. Este plan fue activado la semana pasada y se comenzó a implementar de acuerdo al avance por las distintas fases del virus de la gripe porcina. Este plan de contingencia consta de varias etapas. En primer lugar, se intentó detectar los casos de aquellas personas que llegaran al país con un cuadro sospechoso, provenientes de los lugares en donde se presenta el problema. El Ministerio de Salud de la Nación es el encargado de enviar las normas de acción para que el personal de los hospitales, dependientes de esta cartera, sepa como proceder ante un caso sospechoso de esta enfermedad.
Además, también se cuenta con la cantidad de antiviral necesario para el tratamiento de los pacientes y la profilaxis, del personal que se encarga de la atención de los infectados. El Ministerio de Salud de la Nación cuenta con 500.000 tratamientos y estaría por recibir unos 110.000 más. También en Buenos Aires, se dispuso que el Hospital Muñiz opere como centro de consulta. Al menos en estos dos ámbitos, de los que tengo información, se está actuando acorde a lo que requiere un alerta como el que estamos viviendo y se cuenta con los tratamientos necesarios. Cómo es el procedimiento. Cuando un paciente llega al hospital con una infección respiratoria, primero se determina si es o no aguda. Posteriormente se jerarquiza epidemiológicamente de dónde proviene esta persona. Una cosa es que venga de algún punto de nuestro país, y otra cosa es haya estado en algunas de las zonas más afectadas por el virus. Si la persona viene de una zona de riesgo, se recomienda inmediatamente que sea atendido en un consultorio de aislamiento, donde el médico trabaja con el equipo de bioseguridad correspondiente para evitar un posible contagio. Si el caso sigue siendo sospechoso, se toma una muestra para buscar y analizar el virus. Pueden aparecer casos leves y moderados, o casos más severos como sucede con cualquier cuadro gripal. Naturalmente pueden surgir casos más graves en nuestro país, pero no creo que esto sea México. Incluso, puede llegar a parecerse a un brote de la gripe estacionaria. Lo que diferencia a este virus es que no tenemos anticuerpos para enfrentarlo, por lo que un cuadro severo tiene un alto riesgo en el paciente. Pero hay que ir analizando paso a paso la situación de acuerdo a la evolución del virus en el mundo y al grado de agresividad que vaya adquiriendo. Esto depende, entre otras cosas, de las características biológicas del virus y su capacidad de adaptación. Pero, para que la población esté lo más contenida posible, es importante que sepan que los responsables de la atención médica y los establecimientos están preparados para enfrentar la situación. Por otra parte, a nivel personal hay algunas precauciones importantes a tener en cuenta. Es fundamental lavarse las manos con agua y jabón antes de las comidas, y sobre todo si se tiene contacto con personas con secreciones respiratorias. En el caso de que haya una sospecha de que una persona tenga un cuadro sintomático de gripe, es preferible contactar por teléfono al médico de cabecera. No hay que generar paranoia ni colapsar los hospitales. Fundamentalmente, tenemos que ser prudentes, e ir evaluando como evoluciona el virus. *El autor es profesor titular de Infectología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires
Además, también se cuenta con la cantidad de antiviral necesario para el tratamiento de los pacientes y la profilaxis, del personal que se encarga de la atención de los infectados. El Ministerio de Salud de la Nación cuenta con 500.000 tratamientos y estaría por recibir unos 110.000 más. También en Buenos Aires, se dispuso que el Hospital Muñiz opere como centro de consulta. Al menos en estos dos ámbitos, de los que tengo información, se está actuando acorde a lo que requiere un alerta como el que estamos viviendo y se cuenta con los tratamientos necesarios. Cómo es el procedimiento. Cuando un paciente llega al hospital con una infección respiratoria, primero se determina si es o no aguda. Posteriormente se jerarquiza epidemiológicamente de dónde proviene esta persona. Una cosa es que venga de algún punto de nuestro país, y otra cosa es haya estado en algunas de las zonas más afectadas por el virus. Si la persona viene de una zona de riesgo, se recomienda inmediatamente que sea atendido en un consultorio de aislamiento, donde el médico trabaja con el equipo de bioseguridad correspondiente para evitar un posible contagio. Si el caso sigue siendo sospechoso, se toma una muestra para buscar y analizar el virus. Pueden aparecer casos leves y moderados, o casos más severos como sucede con cualquier cuadro gripal. Naturalmente pueden surgir casos más graves en nuestro país, pero no creo que esto sea México. Incluso, puede llegar a parecerse a un brote de la gripe estacionaria. Lo que diferencia a este virus es que no tenemos anticuerpos para enfrentarlo, por lo que un cuadro severo tiene un alto riesgo en el paciente. Pero hay que ir analizando paso a paso la situación de acuerdo a la evolución del virus en el mundo y al grado de agresividad que vaya adquiriendo. Esto depende, entre otras cosas, de las características biológicas del virus y su capacidad de adaptación. Pero, para que la población esté lo más contenida posible, es importante que sepan que los responsables de la atención médica y los establecimientos están preparados para enfrentar la situación. Por otra parte, a nivel personal hay algunas precauciones importantes a tener en cuenta. Es fundamental lavarse las manos con agua y jabón antes de las comidas, y sobre todo si se tiene contacto con personas con secreciones respiratorias. En el caso de que haya una sospecha de que una persona tenga un cuadro sintomático de gripe, es preferible contactar por teléfono al médico de cabecera. No hay que generar paranoia ni colapsar los hospitales. Fundamentalmente, tenemos que ser prudentes, e ir evaluando como evoluciona el virus. *El autor es profesor titular de Infectología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires
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