EDITORIAL DIARIO LA NACION :El cambio climático y sus efectos

REPRODUCIMOS UNA EDITORIAL DEL DIARIO ARGENTINO LA NACION QUE REFIERE EN SUS LINEAS LAS IMPLICANCIAS EN LA SALUD DE LA HUMANIDAD POR EL CAMBIO CLIMATICO EN EL PLANETA.


Cada año, 315.000 personas mueren en el mundo por enfermedades y desastres originados en alteraciones ecológicas.

El Foro Humanitario Internacional (GHI, según sus siglas en inglés) dio a conocer en Londres un informe muy sombrío acerca de las consecuencias del calentamiento global. Entre los datos más penosos que se citan figura el cálculo de las 315.000 muertes producidas en razón de hambrunas, enfermedades y desastres naturales, originadas en las alteraciones ecológicas registradas en el planeta. Las predicciones que se agregan en el mismo informe son aún más graves y sólo podrán evitarse si la sociedad mundial encara resueltamente la amenaza que se cierne. Si las dilaciones persisten y no se obra como aconsejan los especialistas desde hace ya décadas, los riesgos que hoy padecen 325 millones de personas dentro de veinte años afectarán al 10 por ciento de la población de la Tierra, en la cual hay actualmente 6000 millones de habitantes. Kofi Annan, presidente del GHI y ex secretario general de la ONU, puso de relieve que injustamente quienes más sufren en esta emergencia son los que menos responsabilidades tienen en los perjuicios ambientales provocados y son, a la vez, los pueblos más pobres y vulnerables. Corroborando esa afirmación, señaló que los 50 países con menores recursos en el concierto de las naciones sólo han generado el 1% de las emisiones de dióxido de carbono, principal determinante del deterioro atmosférico. Se trata de regiones que soportan los daños de las inundaciones o sequías, de la elevación del nivel del mar o del avance del proceso de desertificación, entre otras calamidades. La gente así expuesta debería constituir el conjunto humano más protegido mundialmente. Ante este cuadro tan dramático, las expectativas de una respuesta universal positiva se cifran en la reunión cumbre de la ONU que tendrá lugar en Copenhage hacia el fin de este año. Se espera que en esa ocasión todas las naciones, pero especialmente las más desarrolladas -y, también, las más contaminantes-, lleguen a establecer acuerdos efectivos que impidan la continuidad del deterioro climático, con una justa distribución de obligaciones de carácter vinculante. Convenios de tal naturaleza sustituirían al Protocolo de Kyoto, largamente postergado en su aplicación, sobre todo por Estados Unidos, responsable de la mayor contaminación a causa de su desarrollo industrial. Es oportuno destacar un anuncio concreto y esperanzador al respecto de una cuestión tan crítica para la supervivencia planetaria. Se trata de la economía ecológica propuesta por el presidente Barack Obama a su país, que, entre otras medidas, propone una sensible reducción del consumo de naftas, cuya combustión produce los gases que intoxican la atmósfera. Esta nueva política de los Estados Unidos marca un giro elocuente en defensa del ambientalismo, a diferencia del criterio con que se manejó el problema durante la gestión del presidente George Bush. Por la gravitación del país del Norte en el mundo, puede preverse con fundamento que se promoverán de este modo nuevas formas de acuerdos constructivos para la protección ambiental en el orden planetario.