domingo, 18 de noviembre de 2007

UN DELITO QUE VA EN AUMENTO


Por el mercado ilegal, se roba un celular cada seis minutos en todo el país


En una nota publicada en un matutino porteño, se señala además que "esto equivale, a unas 8.500 por día, 354 cada hora, casi 6 por minuto, y la modalidad se ve alentada por un mercado ilegal que permite volver a poner los aparatos en circulación muy rápido y a muy bajo costo". Agrega la nota del matutino que “al año se roban entonces entre un 8 y un 10 % de todos los celulares que hay en el país,que según la Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina (CICOMRA), hay en servicio 37.500.000 de aparatos móviles, la gran mayoría operando con tarjetas prepagas". En la Cámara, que nuclea a todas las compañías de telefonía celular, indican que cada vez hay mayor número de denuncias de robo de equipos, algo proporcional al constante aumento del número de clientes. En el 2002, cuando había unos 6.600.000 aparatos, la Policía Federal registraba sólo unos 25.000 robos y hurtos y ADECUA, asociación de defensa de los consumidores, dice que las denuncias aumentaron un 20 % en su sede desde entonces hasta ahora En la Policía Federal coinciden que las estaciones terminales de trenes como Once, Constitución y Retiro tienen un alto índice de robo de celulares, ya que la concentración de gente favorece el delito. Los otros puntos calientes son aquellos lugares visitados por turistas, víctimas habituales. ¿Qué ocurre después del robo? Según la CICOMRA, todas las operadoras de telefonía móvil de Argentina restringen el uso de equipos denunciados por robos. Las empresas dicen que intercambian información varias veces al día para proteger a los clientes y evitar que el equipo robado se use en otra firma. En esa especie de "lista negra" figura el número de identificación del aparato robado, que no es el de la línea. Cuando desde cualquier teléfono se intenta hacer una llamada, el sistema consulta la base de datos y determina si el teléfono está incluido en alguna lista. Con esa información, el propio sistema decide bloquear, habilitar o realiza el seguimiento del teléfono", explica el presidente de la Cámara, el ingeniero Norberto Capellán. ¿Pero si la comunicación y la línea se bloquean, con qué fin los ladrones roban celulares? Evidentemente, porque los siguen aprovechando. En distintos negocios se ofrece "liberar" teléfonos con programas informáticos. Esto significa, poder volver a utilizarlos. En galerías de Once y comercios de la calle Libertad, por ejemplo, sobran carteles que ofrecen "activar" teléfonos a un costo bajísimo o gratis. Así, este comerciante cobra por la "activación" o por vender el aparato "activado", su cliente obtiene un teléfono a un costo inicial mucho más bajo que en un negocio oficial y la compañía cobra los pulsos telefónicos que consume este nuevo usuario (no hay cómo "trucharlos"), en general con tarjeta. En paralelo, suele ocurrir que la persona robada vaya al proveedor oficial y compre un nuevo aparato. Según la Policía, la tecnología actual permite, con sólo ponerle un chip nuevo, que el teléfono robado vuelva a circular en el mercado en diez minutos. Sus precios son baratos: en la avenida Corrientes se ofrecen aparatos desde 50 pesos y chips desde 5. Hasta se los puede conseguir a bordo de un tren o en las escalinatas de una estación.

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